Ay, los pinos en el viento
con el olor a distancia,
en los sueños de María,
María, María sueños.
Van tejiendo sus sentidos
su mundo, que es sólo de ella,
y persiguen dos estrellas,
anda y desanda caminos.
Entre senderos dormidos
florece María Sueños,
bebiendo de las vertientes
para llegar a la vida.
Con voz de hoguera y distancia
va jugando los silencios,
escarpando cordilleras,
María, María Sueños.
Gritan revueltos los ríos
por las quebradas,
llora la madre morena,
llora la tierra.
Tierra nuestra, tierra grave,
tierra madre, americana.
Es una madera nueva
y generosa
y está tendida en la mesa
de la esperanza
y en el mantel de alborada
brilla la luz
para la fruta que sueña
María sueños.
Por selva, soles y lunas,
despeñando sus ensueños,
vuela recodos y cuestas,
María, María Sueños.
Se va tiñendo en el pecho
del corazón de los pueblos,
donde, cerrados los ojos,
los hombres se están mintiendo.
Hay un motivo de tierra
que grita desde la vida,
en los años de María,
María, María Sueños.
Años de piedra dormida,
que formaron los caminos
en los que sueña y florece
María, María Sueños.
Chabuca Granda
Cecilia Todd - Venezuela
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