En la agresión contra Libia, como sucedió en las guerras
imperialistas contra Iraq y Afganistán, Washington y sus aliados trataron de
imponer la superioridad tecnológica en función de sus objetivos de conquista.
Antes del inicio de los ataques y para subvertir el orden interno de Libia,
Occidente había estimulado la creación de grupos opositores e insurgentes con
conocimientos sobre los servicios de Internet, la telefonía móvil y los canales
de TV satelitales.
En el caso libio la telefonía móvil satelital desempeñó un
rol importante en la etapa de la guerra, pues aunque sirvió básicamente para
garantizar las comunicaciones OTAN-fuerzas insurgentes del Consejo Nacional de
Transición (CNT), también fue empleada para los ataques aéreos de los aliados.
Incluso, de acuerdo a un breve análisis de los hechos
asociados a la muerte del líder libio, Muammar al-Gaddafi, podría concluirse
que el uso de un teléfono satelital marca “Thuraya” por parte del ex mandatario
pudo haber facilitado su detección y posterior muerte a manos de la OTAN y
fuerzas del CNT.
Telefonía “Thuraya”
Los equipos telefónicos empleados en Libia fueron fabricados
por la empresa “Al Thuraya Satellite Communications Company”, con sede en
Emiratos Árabes Unidos y se distribuyeron por los aliados entre las fuerzas
insurgentes. Estos dispositivos dotados del Sistema de Posicionamiento Global
(GPS) permitieron a los rebeldes establecer coordenadas y ubicar blancos
civiles y militares que ocasionaron incalculables pérdidas a las fuerzas leales
a Gadafi.
De acuerdo al sitio digital “Wikitel” la empresa de
telefonía “Thuraya” ha expandido sus servicios de manera gradual y actualmente
opera tres satélites fabricados por la empresa estadounidense Boeing, asociada
al poderoso complejo militar industrial. Uno de estos satélites tiene capacidad
para establecer 13 mil 750 conversaciones de manera simultánea.
El sitio en Internet “Erziasat”, especializado en telefonía
satelital refiere que Thuraya es un proveedor regional de comunicaciones por
satélite que se centra en Europa, Medio Oriente y África. La compañía tiene
acuerdos de “roaming” con más de 200 operadoras de redes móviles alrededor del
mundo, lo cual le permite desplazarse de una zona de cobertura a otra que puede
estar dentro o fuera del país. Ofrece servicios de transmisión de voz, datos,
fax y GPS. Thuraya produce los equipos de teléfonos móviles más pequeños del
mundo.
En el sitio digital www.thuraya.com aparece que la compañía
fue creada en 1997 y presta sus servicios a partir de una heterogénea red de
empresas y distribuidores, lo que podría funcionar también como cobertura a la
labor de los servicios de espionaje enemigos. Programó desde el inicio
convertirse en la mayor de la región y entre sus clientes más importantes se
sitúan compañías petroleras, medios de comunicación, entidades militares,
gobiernos y organizaciones no gubernamentales.
Según confirman otros sitios digitales los equipos “Thuraya”
tienen altas prestaciones pues las llamadas salientes pueden realizarse a
través de la red GSM (Sistema Global de Comunicaciones Móviles) en caso de
ausencia de comunicación por el satélite, que es la opción más utilizada. Como
se aprecia en la imagen, estos equipos son pequeños y tienen un tamaño similar
a los móviles convencionales.
En el año 2000, Al Thuraya firmó un acuerdo por 1 000
millones de dólares con la firma estadounidense Hughes Space &
Communications International para “ampliar las telecomunicaciones móviles en el
mundo árabe”. Esta firma le suministró a “Al Thuraya” los satélites, las
instalaciones de terreno y cerca de 250 000 teléfonos móviles.
La expansión de la empresa en la región de África del Norte
favoreció que Libia adquiriera en época de Gaddafi, el 5% de las acciones por
Área internacional de cobertura del Thuraya.
un valor de 25 millones de dólares. El acuerdo de
transferencia fue firmado por la empresa “Emirates Telecommunications
Corporation”, y la “General Post and Telecommunications Company” de Libia. La
dependencia tecnológica del país árabe fue uno de los factores aprovechados por
EE.UU. que le brindó cobertura para penetrar en un sector estratégico como el
de las comunicaciones.
Los servicios de comunicación satelital se extendieron
pronto por Libia, sin poder prever el gobierno de Trípoli el rol que posteriormente
jugarían en la agresión de la OTAN contra el país. Sin embargo, no es hasta el
12 de agosto del 2011, en plena conflagración y casi a punto de tener lugar el
desenlace final de la contienda, que el gobierno libio prohíbe el uso de estos
equipos telefónicos en el país.
Según medios de prensa digitales, el gobierno libio prohibió
a sus ciudadanos utilizar teléfonos por satélite mediante el operador “Thuraya”
sin antes recibir un permiso oficial, ya que de lo contrario serían
considerados sospechosos de espiar para la OTAN. Quienes incumplieran esta
norma podrían haber sido imputados por colaborar con el enemigo y se
enfrentarían a una posible ejecución. En aquel momento, el gobierno de Trípoli
alegó que existían “espías de la OTAN que utilizan los teléfonos Thuraya para
dar coordenadas a los aliados”. Sin embargo, la medida llegó tarde.
Objetos personales ocupados a Gaddafi durante su captura y
posterior asesinato.
Cuando Gaddafi decidió incorporar al Estado libio como un
accionista de la empresa telefónica “Al Thuraya”, no imaginó que en el momento
final de su vida la utilización de este equipo satelital contribuiría a su
monitoreo, detección, captura y posterior asesinato. “Cuando fue detenido,
Gaddafi disponía de un teléfono satelital Thuraya” declaró uno de sus captores.
Incluso después de su muerte el aparato sonó y uno de los rebeldes contestó. La
persona que habló se presentó como Aisha, la hija de Gaddafi exiliada en
Argelia, quien pidió hablar con su papá. Tristemente para ella, fue un rebelde
del CNT el que contestó la llamada y le informó que su padre había muerto. Él
mismo había violado la prohibición que días antes dispuso y le costó la vida.
Tras la pista de “Thuraya” en Siria
Al parecer, el éxito logrado en Libia por la OTAN está
influyendo en la decisión de emplear los servicios de “Thuraya” para tratar de
desestabilizar la situación interna de Siria. Recientemente la agencia Prensa
Latina informó que autoridades de ese país incautaron grandes cantidades de
equipos de comunicación de tecnología de avanzada, incluidos dispositivos vía
satélite “Thuraya”, que estaban en posesión de grupos armados que tratan de
provocar una situación de caos en algunas regiones del país. Un dato
interesante es que para evadir el control por parte de las autoridades de
seguridad sirias, los servicios de comunicaciones de esos aparatos son
suministrados de forma alternativa por países árabes y occidentales.
Según autoridades de Damasco, en los últimos meses se ha
detectado un incremento en la entrada de estos dispositivos al país, los cuales
son importados desde Qatar, con el apoyo de Estados Unidos e Israel. Las
fuerzas de seguridad sirias descubrieron además un equipo de comunicación
israelí para frecuencias especiales de comunicación satelital. Este sistema no
es comercializado en los mercados, ya que para su utilización se requiere la
autorización de los ministerios de Defensa en los países donde se fabrica.
La ola de protestas acontecida en algunos países de África
del Norte y Medio Oriente ha sido el acontecimiento de mayor trascendencia para
el mundo durante el año 2011. La respuesta inmediata de Occidente para tratar
de mantener el control de esa estratégica región debe ser estudiada y analizada
con detenimiento. El uso de los más modernos adelantos tecnológicos en función
de la guerra debe ser también una experiencia a estudiar con profundidad. El
reto de los países del Tercer Mundo radica en aprender de estos hechos y
definir estrategias ante posibles contingencias.
Ivàn Gutièrrez Nùñez
tomado de Cubadebate
Ivàn Gutièrrez Nùñez
tomado de Cubadebate
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