miércoles, 6 de mayo de 2009

Rebelde con causa - Luis Darío Bernal Pinilla


Era su primer combate. Al comienzo se enteró, con disgusto, que no podía moverse más que un espacio. Sin embargo, no dijo nada. Para no ser tildado de buscapleitos. Luego, cuando vió que la Reina se desplazaba a su antojo, en cualquier sentido, por todo el escenario bélico, que la torre corría sin cortapisas de un extremo a otro del camo, que el Alfil se movía en diagonal los espacios que le daba la gana y que hasta el caballo tenía una jurisdicción que le permitía realizar inesperados y envolventes ataques, se sintió ofendiido. Pero al darse cuenta que el altivo batallón blanco que tenía frente a sus ojos lo miraba con inocultable desprecio y avanzaba hacia él amenazante, no soportó más.Sus entrañas se incendiaron de rabia al no poder moverse sino un espacio. Un sólo espacio. Y únicamente hacia adelante.Entonces, lleno de cólera, el peón negro lanzó un grito de protesta. Después recorrió el tablero como le dio la gana,violando todas las normas. Y tumbando las demás fichas a diestra y siniestra.Finalmente se acostó en mitad del campo. Y juró no levantarse más hasta tanto no se modificaran las Reglas del Juego.


Luis Dario Bernal Pinilla

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